viernes, 29 de junio de 2007

Quédate en Madrid

Esta es otra de las canciones perfectas, ni la tristeza ni el amor la convierten en cursi, solo es perfecta. Y me lleva a lugares de donde a veces pienso que no debí haberme ido. En fin, no me quedé en Madrid, pero Madrid y todo lo que viví siempre se quedarán en mí.

Quédate en Madrid
(Mecano)

Con la nariz entre tus ojos
y entre un pulmón y otro pulmón
el corazón y los sonrojos
todos en reunión.

Con tus orejas en las manos
voy enseñándole a Van Gogh
cómo mejora el resultado
cuando lo hacen dos.

Siempre los cariñitos
me han parecido una mariconez
y ahora hablo contigo en diminutivo
con nombres de pastel.

Y aunque intenté lavar la ropa
al mismo tiempo que nadar
me he resignado a ir en pelotas
mientras dure el mar.

Yo que de estas estampas
me limitaba a hacer colección
ahora hago un llavero
con el fichero
con una condición:
el día que tengas ojos rojos
y me estornude la nariz
vamos a hacer lo que podamos
por cenar perdiz.
Quédate en Madrid.

sábado, 9 de junio de 2007

Olivia

Otra de las canciones maravillosísimas de Silvio con la que me identifico bastante. Me encanta el personaje de Olivia, verla despertar un sábado más, en su poblada por la lentitud del día, por el tiempo sin hacer. Verla así, como una diosa de la Luna fría que a las estrellas quiere conocer... En fin.

Olivia despertó por la mañana
como suele hacer la gente, más o menos con el sol.
Olivia despertó por la mañana
como suele hacer la gente, más o menos con el sol.
Era sábado más en su ventana,
era una invitación para la suerte,
era una semejanza del amor,
mientras trenzaba hijas y calor
con la soledad, era la soledad,
salía el sol.

Olivia, en su península poblada
por la lentitud del día, por el tiempo sin hacer.
Olivia en su península poblada
por la lentitud del día, por el tiempo sin hacer,
sobre su condición iba clavada
como una diosa de la Luna fría
que a las estrellas quiere conocer
y dio una piedra errante de comer
con su soledad
era la soledad
y vio llover.

Olivia no sabía que la noche
tiende puentes de aguacero para llegar a su umbral.
Olivia no sabía que la noche
tiende puentes de aguacero para llegar a su umbral.
Oilivia no sabía que hay un coche
y un precipicio al borde del cochero
y oyó decir que un astro hinchaba el mar
y salió de su isla a caminar
sin la soledad
era la soledad
oyó cantar.

Óleo de mujer con sombrero

Esta es la mejor de todas las canciones existentes en el mundo mundial. Silvio se pasa con el Óleo. Hay varias imágenes que me encantan en esta canción, 'una mujer innombrable huye como una gaviota', 'veo un perro ladrando a la luna con otra figura que recuerda a mí', 'una mujer con sombrero, como un cuadro del viejo Chagall, corrompiéndose al centro del miedo'. En fin, esta es una canción que habla del miedo, de la cobardía, pero al final de un mujer que huye, ¿adónde huye? Quizá a buscar su esencia, a algún lugar donde sienta que puede quedarse.
Primero ofrezco disculpas por no poder bajar la canción con todo y su música, pero aquí está la letra.

Una mujer se ha perdido conocer el delirio y el polvo
se ha perdido esta bella locura,
su breve cintura
debajo de mí,
se ha perdido mi forma de amar
se ha perdido mi huella en su mar.

Veo una luz que vacila y promete dejarnos a oscuras
veo un perro ladrando a la luna
con otra figura
que recuerda a mí.
Veo más, veo que no me oyó,
veo más, veo que se perdió.

La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan a amores
ni a historias
se quedan ahí,
ni el recuerdo los puede salvar
ni el mejor orador conjugar.

Una mujer innombrable huye como una gaviota
y yo rápido seco mis botas
blasfemo una nota
y apago el reloj.
Que me tenga cuidado el amor,
que le puedo cantar su canción.

Una mujer con sombrero, como un cuadro del viejo Chagall,
corrompiéndose al centro del miedo,
yo que no soy bueno
me puse a llorar.
Pero entonces lloraba por mí,
ahora lloro por verla morir.
Pero entonces lloraba por mí,
ahora lloro por verla morir.