Una canción chiquita de Silvio, pero tan a lo bestia.
Ando como hormiguita por tu espalda,
ando por la quebrada dulce de la seda.
Vengo de las alturas de tus nalgas
hacia el oro que se derrama y se me enreda.
Tú te vuelves pidiendo el cielo,
apuntando a la luz con flores.
Y como lazarillos son los sabores
en tu jardín de anhelos.
jueves, 6 de marzo de 2008
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